Nueva ¿Huh? [Zaira]

-El reloj marcaban las 22:00 hrs, cuando decidí ir al cementerio, seguía pensando mi misión para con los del clan de Luna, aún estaba perpleja con las ordenes de mi reina, por suerte en todo ese momento no me tocó ver la cara de Vicent, aunque era totalmente irresistible no verlo, simplemente me derretía al recordarlo, moví mi cabeza para olvidarlo otra vez y concentrarme más en mi misión, decidí sentarme en una de las lapidas, pues podía pensar mejor, nada como una oscura y despejada noche para sentarse con los muertos y pensar en diferentes temas, solo deseando que el casero no me viera; Si él me llegaba a ver no tendría más remedio que matarlo, aunque odiaría su sangre, de un viejo de 70 años, cruzé mis piernas y suspiré.- ¿Qué otra estrategia pensar? -miraba fijamente una lápida que la luna alumbraba y se me ocurría una idea, me sonreí y ya tenía todo el plan listo, pero estaba tan tranquila que no quería irme, decidí quedarme más tiempo.-

Divise a una mujer desde lejos me acerqué a ella sigilosamente que nisiquiera me notaba
- Estrategias... ? - bufé - Los impulsos son mejores que las estrategias... - susurré mientras admiraba las viejas pinturas del cementerio

-Alzé mi mirada al escuchar a la mujer que se acercaba y la miré- Tengo prohibido usar mis impulsos Zaira -alzé mi ceja arqueandola un poco y me corrí de mi lapida para que ella se sentara conmigo.- ¿Qué haces tan tarde por aquí, Zaira? -mirandola a ella de reojo, miré luego a la luna que comenzaba a ocultarse detrás de las espesas nubes.-

Me impresionó que ella supiera mi nombre... - ¿Co-como sabes mi nombre? - tartamudié estupidamente

Pues, Desiré, mi reina, me dijo que estarías por aquí -Sonreí al verla tartamudear- Soy Constance, la lider del clan de la sangre -me levanté e hize una reverencia y me volví a sentar a su lado.- Me imagino que eres independiente, ¿ó me equivoco? -mirandola a ella de pies a cabeza, no es que fuera bisexual, pero woow, que hermoso cuerpo tiene esta chica.-

- Mucho gusto - le sonreía mientras me dirigia a sentarme. Esta parecia una rubia símpatica, al menos para lo era para mi - Soy Zaira, Zaira Sullivan... es un gusto, Constance - miré a mi alrededor buscando a Felix, pero este no aparecía en ningun lado. - Si, soy independiente... Me sorprende que la reina se haya enterado de mi llegada. - musité.

Jajaja, ella lo sabe todo -Sonreí algo orgullosa- Woow, lindo apellido, Sullivan -cruzé mis piernas- Así que....¿estás de visita en el castillo, no es así Zaira? -La miré de reojo de nuevo y luego a las lapidas, tenía unas vibras de estos muertos, me decían que ella era muy genial.-

- Gracias - dije timidamente, esta chica me intimidaba por ratos. Es que no se... era especial... - De visita no, en realidad... deseo quedarme en Argentina. Tiene algunos beneficios el reinado de Desiré - Miraba las lapidas detenidamente, cada una tenia un aspecto singular, eran hermosas. -

Oh, bueno si, te entiendo -sonreí amablemente.- Aparte de que eres amiga de ella, te tocaran unos buenos beneficios -la miré a los ojos y luego a uno de los arboles que tenía unos cuervos.- Por cierto, avisame si te quieres quedar, puedo mandar a construir una casa especialmente para ti, ¿te gustaría? -mirando el árbol aún me sonreí un poco.-

- En realidad, no somos amigas. Simplemente conocidas. La conocí en un burdel... en el mil setecientos y algo - traté de recordar - cuando ofrecía servicios - reí levemente

Oh, ya comprendo -Escuché su pequeña historia atenta, me sorprendí un poco al ver que había trabajado en un burdel y la parte de "ofrecía servicíos", reí un poco y la miré- Es la primera vez que hablo con una chica de burdel sin que me diga si me la quiero coger-Reí a carcajadas por eso y luego me calmé.-Lo siento, no pude mantenerme... -Sonreí un poco y miré a otro lado.-

Me sorprendí por sus palabras - ¿Y que mujer no querría acostarse contigo? - expresé. Era hermosa, lindos pechos, linda figura. perfecta. - Desiré me buscó porque quería una "nueva experiencia" - musité

-Me sorprendí al escucharla, y suspuse que era bisexual.- Pues muchas -Volví a reir a carcajadas- Dicen que les doy miedo -fruncí el ceño y la escuché- Oh, asi que "nuevas experiencias" ¿Eh? -algo pensativa- Nunca me habló de eso...a pesar de que sea como su hija -reí un poco.-

- Todos tenemos muertos en el armario - reí - oye... pensandolo bien, si me gustaria una casa cerca del palacio - murmuré. Pues quería estar al tanto de todo.

-La escuché y me reí con ella y luego asentí con mi cabeza- Oh claro, hablaré con los arquitectos para que hagan una casa a tu gusto, ¿te parece? -La miré a los ojos, comenzé a sentirme algo rara, atraída por ella, no era yo, porqué sé muy bien cual es mi orientación sexual, pero me sentía tan atraída, bajé mi mirada y suspiré profundamente.-

La note rara, algo incomoda... me acerque a ella y le subi el menton para que me mire a los ojos...
- Pasa algo? - le pregunté

-Noté como levantaba mi mirada y la miré a los ojos- ¿Ah?, no no pasa nada -Sonreí un poco- Solo recordé unos temas que me dejaron pensando... -La verdad no le iba a decir como si nada "Si, quiero acostarme contigo", eso sería tan mal visto de mi parte, así que, que mejor que mentir.-

Oh! ¿Que recordabas? - pregunté simpaticamente volviendo a mi lugar. - Amo escuchar anecdotas...

Oh pues...solo cosas -Reí ligeramente algo nerviosa y miré a otro lado.- Como cuando era niña y mis padres me regalaron una de las muñecas de porcelana que yo tanto quería para mi cumpleaños -Me sonreí al recordarlo de verdad.-

Era ilogico su cambio de tema. Podía sentir en ella algo de nerviosismo como si yo la intimidara o algo parecido - Es realmente tierno, - expresé. - Mi madre era una esclava, nunca pude tener cosas... como una muñeca hasta que trabajé en el burdel - recordé con mi mirada puesta en las lapidas

Sin dudas en el maldito burdel había aprendido a valorar las cosas y tambien aprendi a vivir, mejor dicho a sobrevivir entre los hombres, tanto me torturaron que se hiso algo natural. Pero al convertirme en vampiro fue hora de que ellos sufran torturas...

-Escuché su triste historia y suspiré algo triste por ella- Lo lamento... -En un murmuro entre dientes, poco a poco esa rara "atracción" iba decendiendo hasta desaparecer, volví a escucharla sobre el burdel y mantuve mi mirada en mis manos sin moverla a ningún otro lado.- Pero....¿Te gustó trabajar en un burdel? -Levanté mi mirada curiosa y la miraba a ella a los ojos.-

- De a poco me fuí acostumbrando... - le sonreí - Hay que ser fuerte, el deber es desarrollar una personalidad quizas distinta ya que te hacen mucho daño - le dije sonriente, pues no me arrepentía de nada en mi vida. Menos de haber trabajado en ese lugar tan cuestionado por las personas y especialmente por las mujeres. - ¿Alguna vez concurriste a alguno? - pregunté curiosa con mi simpática mirada.
Comenzó a correr un viento caliente, lo cual me pareció extraño. Me saqué la campera que traía, quedando con una linda remera escotada, mi favorita... una de "calavera no chilla".

-La escuché y asentí con mi cabeza suavemente, escuché su pregunta y ladeé un poco mi cabeza.- ¿Si concurrí a alguno? -Quedé pensando, pues la verdad no recordaba, bajé mi mirada buscando en mi historial de mi vida y la miré sonriente.- Si, entré a uno, pero tan solo fue por una misión que debía cumplir, aunque debo aceptar que me gustó el lugar... -Reí ingenua- Me daba risa la cara de depravasión de los Señores ya adultos, los viejos pervertidos y todo eso... -Me sonreí, pues en un burdel yo había dado mi primera mordida, con uno de esos hombres que pensaban que yo trabajaba ahi, sentí la brisa calida y me quedé algo pensativa- "¿Por qué una brisa calida a esta hora de la noche?". -Vi como se quitaba su campera y miré a otro lado, pues daba algo de vergüenza, por mi parte; solo me alzé las mangas de mi sweter turquesa.-

- Es penoso el estado en que estan los hombres, en ese lugar - reí junto a ella. Era una prostituta y obligadamente tenía que acostarme con ellos, odiaba el olor a alcohol en hombres viejos y para el mal de los males... eran feos. El sexo sin dudas, quizas era lo único bueno, tanto con chicas como con chicos.
Volviendo al tema del sexo... mi ultima vez fue hace como un mes. Aun no entiendo como lo estoy soportando. Estoy necesitada. Comenzé a pasar mi dedo indice por mi cuello, recordando aquel cliente que siempre quería ser atendido por mi, sus besos eran los mejores. Pero sin darme cuenta mi dedo comenzó a bajar a mis pechos....

-Reí y asentí mirando al suelo- Si, tienes razón, aunque mi primera mordida fue en un burdel, uno de estos señores, 29 años más o menos, me pidío que fuera con él pensando que yo era una de ellas, yo acepté pues mi objetivo era morderlo.... -Reí ligeramente- Lo llevé a un rincón y ahi mientras lo "besaba" -Hice las comillas con mis dedos.- Lo mordí-Me sonreí al recordar ese satisfactorio momento, la volví a mirar viendo que su dedo estaba bajando a sus pechos, pensé que tenía comenzón o algo por el estilo, por lo que no presté mucha atención.-